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En busca de la creatividad

Por Erika Torres.


Todos nacemos curiosos y creativos, venimos a este mundo con deseos naturales de explorar, aprender y fascinarnos con las cosas nuevas. Cuando crecemos y hacemos nuestras vidas más estructuradas, nos vemos “obligados” casi sin darnos cuenta, a dejar nuestra parte creativa del lado para dar lugar a las prioridades de nuestras vidas adultas.


De acuerdo con Duncan Wardle, la creatividad se trata de encontrar la mejor manera de combinar “el ser” con “el hacer”. El primer paso en ser creativo es entender y practicar conductas creativas. Podemos aprender mucho observando a los niños, particularmente las cosas o actividades que los adultos guardamos en un cajón: imaginar, jugar, tener energía, preguntar ¿por qué? iterativamente, ser honesto y no juzgar.



“Jugar o ser juguetón” ayuda a salir un poco de nuestra rutina diaria y bien estructurada, disminuye el estrés y nos permite visualizar todo tipo de posibilidades. Una buena manera de “jugar” en el trabajo son los “juegos energizantes” durante una lluvia de ideas o cuando la energía esté decayendo, quizás a media mañana o después de la comida. Estos ejercicios nos ayudan a permanecer en un estado de curiosidad. Una manera de hacer esto es proveer a tu día de estímulos nuevos: hablar con alguien que no tiene nada en común contigo, tomar un camino distinto a casa de vez en cuando, salir a caminar, leer un libro o revista de un tema del cuál no sepas nada. En las sesiones de lluvia de ideas, preguntar constantemente ¿por qué?, ¿por qué? y ¿por qué? y no quedarte satisfecho con la primera respuesta, así como lo hacen los niños.


Por otro lado, las grandes revelaciones que nuestra mente nos presenta vienen a través de la experiencia y la intuición, por eso es importante adentrarnos en nuestra conciencia, sentimientos, momentos "creativos" y sueños. El autoconocimiento es un ingrediente esencial para desempolvar nuestra creatividad. Si nos atrevemos a conocernos, podemos descubrir todos esos talentos que viven dentro de nosotros, que por diversas razones hemos decidido olvidar o siquiera conocer. Una vez que descubramos nuestros talentos es necesario trabajar en ellos, como dice Malcom Gladwell, para hacerte experto en cualquier campo debes invertir o sumar 10,000 horas de práctica, ya sea estudiando, leyendo, aplicando tus conocimientos a la solución de un problema o compartiendo lo que sabes con los demás.


Ser creativo también requiere de estar abierto al arte de cultivar ideas. A menudo descartamos ideas concebidas en nuestra infancia, porque parecen poco prácticas o no se alinean con nuestra visión del mundo adulto. Duncan Wardle argumenta que las ideas son como semillas. ¿Cómo podemos saber si se convertirán en malezas o en flores? Tenemos que dejarlas crecer y nutrirlas.



El cerebro es un “músculo de pensamiento creativo” y como tal debemos ejercitarlo todos los días. Podemos comenzar con algo sencillo, como meditar al menos 5 o 10 min al día. Esto nos ayuda a calmar nuestra mente, a escuchar nuestros pensamientos sin juzgar y comenzar a entrenarnos para vivir en el aquí y ahora. Otra buena idea podría ser llevar un diario agradeciendo cada día sobre lo mejor de nuestra jornada. También colorear mándalas o dibujar figuras geométricas a las que después les demos vida (un círculo se puede convertir en una rueda o un triángulo en una casa), nos puede ayudar a fomentar nuestra creatividad.


Nuevamente el autoconocimiento es esencial para ser creativo, porque para tener nuevas ideas es muy importante estar relajado. Cada uno de nosotros sabe cuáles son los mejores momentos para pensar o imaginar. La mayoría de las personas consideran que sus grandes momentos de brillantez aparecen cuando se despiertan, cuando se van a dormir, cuando sueñan o cuando se están bañando. Muy rara vez, sino es que nunca, las personas refieren que su creatividad se detona cuando están estresados o ansiosos y esto se debe a que el cerebro está muy ocupado tratado de defenderse o de superar el estrés.


A todo esto, ¿cómo podríamos comenzar a ejercitar nuestro cerebro para que retome hábito de ser creativo?


En primer lugar tenemos que comenzar con pasos pequeños y no tener ideas preconcebidas, tales como que si no construyo un cohete espacial o diseño el auto del año, no soy alguien creativo. Todos hemos nacido siendo creativos y dotados de cuatro habilidades únicas, las cuáles son creatividad, imaginación, intuición y curiosidad. Debemos detener la autocrítica que constantemente nos recuerda que no somos creativos. Es importante cambiar esos pensamientos por algo positivo como: “Soy un ser creativo, solamente debo invertir un poco de tiempo en mis talentos” y recordarlo todos los días.


En segundo lugar debemos identificar cuáles son nuestros mejores momentos para pensar, y una vez identificados, tratar de tener una libreta o algo que nos permita plasmar nuestras ideas. También puedes utilizar una grabadora para guardar una “memoria de ideas brillantes”.



En tercer lugar detén el juicio, no pienses que tus ideas son malas o que no funcionan, las mejores ideas que ha tenido la humanidad han surgido de pensamientos descabellados que suenan imposibles y hoy son una realidad que ayudan a muchas personas. ¿Qué tal si tu idea que consideras absurda es algo que miles de personas están necesitando?


Finalmente, busca un espacio para pensar todos los días. Aunque solamente dispongas de 5 minutos al día, programa una alarma y dedícate ese momento para relajarte, para meditar, para no hacer nada o ver un video de algo que te guste, algo que no tenga que ver con lo que haces todos los días. Lo importante es empezar con pasos pequeños y verás cómo poco a poco se te hace un hábito darte esos pequeños espacios para ti y tu mente.

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