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Inteligencia del corazón

Por Mariana Barragán.


“El corazón tiene razones que la razón no entiende”.

Blaise Pascal.


Fue hasta hace pocos años que esta frase me hizo sentido, cuando en algunos talleres avanzados de meditación aprendí a entrar en coherencia a través del corazón. Si, quizá para algunos escuchar esto sea sumamente extraño y para otros sea algo mucho más familiar y común, incluso hasta parte de la rutina de todos los días.


Pero ¿que tiene que ver el corazón con la razón? o mejor dicho ¿el corazón con el cerebro?

Que cuando los dos trabajan en sincronía se crea un balance interno pues las emociones y los pensamientos están en coherencia y por lo tanto resulta mas fácil “tomar el control de nosotros mismos”, tener mas energía, mayor resiliencia, más claridad de pensamiento y más estabilidad emocional.



Recordemos que el cerebro solo responde a estímulos y en este caso a emociones, es por ello que de acuerdo a la emoción que sintamos será la respuesta que el cerebro emita y por lo tanto el cuerpo responde.


En los últimos años el campo de la neurocardiología ha comprobado científicamente que el corazón tiene su propio cerebro, y que es el corazón quien envía mas información al cerebro que el cerebro al corazón. Hablando fisiológicamente, el Sistema Nervioso Autónomo quien regula el 90% de los procesos internos del cuerpo, sus ramas se conectan con el corazón, por lo que cualquier emoción cambia la actividad en ellas influyendo por lo tanto en todos los sistemas del cuerpo. Además de que los centros cerebrales involucrados en la toma de decisiones, creatividad, solución de problemas y autorregulación, también se ven afectados.



Más de 1,400 cambios bioquímicos se activan al cambiar nuestras emociones, y estos cambios liberan hormonas como el cortisol también conocida como la “hormona del estrés”, y la DHEA, conocida como la “hormona de la juventud”. Las cuales una vez producidas tienen un efecto de larga duración. Por lo que valdría la pena repasar y hacernos cada vez más conscientes de nuestras emociones a lo largo del día y poder tener cada vez mayor control sobre ellas, sabiendo como puede ser afectada nuestra salud. Recordando que aquellas emociones y actitudes “no sanas” reducen nuestra capacidad para pensar, comunicarnos claramente y tomar decisiones acertadas. Y que aquellas emociones y actitudes renovadoras nos dan mayor estabilidad, vigor, paz interior, y por lo tanto nos llevan a una mejor toma de decisiones y lo que se conoce como resiliencia del corazón. Entendiendo la resiliencia como la capacidad de prepararse, recuperarse y adaptarse a una situación de estrés, reto o adversidad. Teniendo por lo tanto una mejor forma de responder ante estos eventos de la vida.


Y entonces ¿cómo logramos crear mayor coherencia? ¿cómo puedo lograr ser mas resiliente desde el corazón? Esto se logra a través de un entrenamiento continuo, consciente y sostenido de las emociones, que mandarán la señal al cerebro y trabajarán en conjunto creando una sincronía en todos los sistemas y órganos del cuerpo. Cultivando emociones como la gratitud, la compasión, el agradecimiento, entre otras.


Y entonces aunque la razón siga sin entender las razones del corazón, esto será lo menos importante pues ambos trabajarán bajo un mismo ritmo, una misma señal y una misma sincronía, creando mayor balance y una mejor calidad de vida para quien lo practica.


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